Artículos
En retrospectiva
- Nuestro trabajo interior
- La capacidad de escuchar
- Y si cambiáramos nuestras creencias
- Un llamado a la responsabilidad
- Sobre la paradoja
- Sobre la negación
- Sobre el sueño del ego
- Reflexiones de otoño
- Conocer la totalidad
- Adicción al drama
- Sin concesiones
- Miedo vs Amor
- Somos una humanidad en el exilio
- Sin condiciones
- ¿Qué es el DESTINO?
- Malas Noticias Vs. Buenas Noticias
- ¿Qué es la Meditación para mí?
- La raza humana
EN RETROSPECTIVA
Y así fue como fueron pasando las caras de miles de personas conocidas, personas que acompañaron mi recorrido de diferentes maneras, con diferente grado de incidencia, con mayor o menor intensidad… De pronto comprendí que todas ellas, todas, sin excepción eran «partes» de mí, aspectos que no podía conocer de otro modo que viéndolos en esas caras. Esta visión me permitió entender que nuestra vida va enhebrada a la de los demás, engarzada en la magnífica joya de la existencia. Pero no solo esas caras, sino tantas otras que ni siquiera registré por estar ocupada en lo me torturaba. También forman parte de mí las olas del mar, el campo y su silenciosa compañía, la montaña con su inmensidad y la explosión vital de la naturaleza toda. No obstante, no puedo olvidar los edificios de mi barrio, el empedrado de ciertos lugares en donde recreé momentos inolvidables, el mobiliario de los distintos lugares que habité, la vasija, mis zapatos… compañeros de todas mis andanzas, las canciones que acunaron tanto el dolor como el disfrute de mis días. Y eso me hizo ver que tanto la materia como el espíritu son múltiples expresiones de LO SAGRADO.
Entonces… pude sobrevolar el conjunto de movimientos de la vida cotidiana, de las diferencias sexuales, religiosas y políticas y abrazar la totalidad de lo que ES. Ayer recordé una frase de un sacerdote muy sabio que escuché hace muchos años «Dios no es seguridad, Dios es Aventura» y comprendí. Y no puedo olvidar el importante espacio que abrigaron mis mascotas.
Inés Pérez Arce 3.11.21